Responsabilidad en Navidad

fileuploads/noticias/responsabilidad-en-navidad.png 19/12/2023

Responsabilidad en Navidad

La Navidad es sinónimo de encuentros familiares, bienestar, celebraciones o acontecimientos sociales que nos hacen sentirnos menos cohibidos y con más ganas de estar con los nuestros. En este sentido, las navidades suponen un factor de riesgo de cara a las adicciones, con una gran cantidad de estímulos que nos llevan a comprar, beber, jugar… Es un hecho que las personas adictas, y también con dificultades en el control de impulsos, tienen mayor riesgo de consumo, abuso, caídas y recaídas.

En estas fechas nos encontramos en un entorno con más permisividad, donde en ocasiones no se censuran los excesos, se minimizan los riesgos y se resta importancia a ciertas conductas y sus consecuencias. Es bueno recordar que el alcohol es un depresivo. Un exceso de comida y alcohol de forma inevitable hace bajar el ánimo, incluso en un buen día.  El mensaje de que todo está permitido y de que los excesos se pueden pasar por alto resultan muy peligrosos para las personas con una adicción, y se pueden usar como excusa para recaer.

En relación a esto, nos encontramos con distintos elementos: la soledad y otros factores internos que pueden favorecer que aparezca el deseo de consumir o caer en la conducta adictiva; las continuas celebraciones, que incitan al consumo; y el ambiente navideño, lleno de emociones, rebosante de alegría y nostalgia y que hacen de la adicción algo más difícil de controlar. Además, en muchos casos, existe una falsa creencia de control (“por un brindis no va a pasar nada”), que hace que la persona adicta no valore las consecuencias a corto plazo.

Por ello, esta Navidad podemos poner en práctica ciertas herramientas que nos ayuden a afrontar estas fechas de la mejor manera posible: en primer lugar, tener presente los factores de riesgo y trabajar en ellos, evitando también exponerse a situaciones de riesgo que puedan propiciar una caída; así como mostrarse abierto y comunicativo con la familia, hablando del problema de forma clara y anticipando las posibles sensaciones negativas. Visualizar cómo te sentirás si acabas por ceder o si pierdes el control, volviendo a los patrones que te hacían ser infeliz, es una buena estrategia. Después de la Navidad también pueden llegar sentimientos de soledad y sufrimiento que nos hagan sentirnos vacíos, por ello valorar cómo nos sentimos ahora y no quedarnos en lo negativo supone un punto de refuerzo.

Si eres capaz de identificar tus límites y también eres consciente de tu situación personal, es un gran paso. No obstante, todo esto puede llegar a ser una tarea muy difícil, por lo que es recomendable pedir ayuda psicológica con antelación.

En este sentido, la Navidad puede convertirse en una oportunidad para buscar apoyo y tomar conciencia de uno mismo, para hablar y sentirse más “conectado”. En este marco, podemos poner en práctica el autoconocimiento, preguntarnos qué es lo que queremos hacer y qué necesitamos en estos momentos. Encontrar tiempo para caminar, meditar, escuchar música, leer, hacer yoga u otra actividad física que nos guste… en definitiva, dedicarnos tiempo a nosotros mismos.

Debemos recordar que la adicción es una enfermedad reconocida por la Organización Mundial de la Salud. Desde el Centro de Tratamiento Valle del Tiétar situado en la Comunidad de Madrid, te ofrecemos nuestro apoyo y orientación, para que recuperes tu vida y tu libertad de elección.